skip to main content

En busca de la estabilidad en la Gran Depresión

Luego de que los precios de los cultivos cayeran en más del 60 % a principios de los años 1930, Cargill ofrece a propietarios de elevadores de granos una manera creativa de resistir en tiempos difíciles.

January 01, 2015

Los estadounidenses de la industria rural se vieron gravemente afectados durante la Gran Depresión del país, una recesión económica generalizada y duradera que comenzó cuando el mercado de acciones colapsó en 1929. Durante varios años, Cargill financió su red de elevadores de granos independientes.

Sin embargo, en 1933, una moratoria bancaria restringió los créditos de forma tan extensiva que Cargill enfrentó su propia crisis de deudas. Los precios de los cultivos habían caído más del 60 % y muchos de los propietarios de estos elevadores independientes se aproximaban rápidamente a la bancarrota.

John MacMillan, hijo, quien en el momento era el gerente general de la empresa, observó que los elevadores de granos en cuestión podrían comprarse “a un precio increíblemente bajo”. Sin embargo, otros creían que comprar los elevadores a un precio tan bajo daría a Cargill una mala reputación en la comunidad rural, especialmente luego de décadas de sólidos lazos con agricultores y proveedores. Austen Cargill, el hijo más joven del fundador W. W. Cargill, comprendió la importancia de la comunidad para Cargill, y ayudó a John, hijo, a hallar una solución que permitiría a las personas mantener sus negocios.

La empresa presentó un plan compasivo diseñado para ayudar a los operadores a reponerse y, en última instancia, a sostener sus operaciones. Los propietarios venderían sus inventarios a Cargill por completo y las ganancias se aplicarían para contrarrestar su deuda existente. Luego de la cancelación completa de la deuda, obtendrían nuevamente la titularidad de sus propiedades.

Era una luz de esperanza en tiempos oscuros. Prácticamente cada propietario al que se le presentó el plan (79 en total) aceptó la oferta; el nombre de los elevadores se cambió a “elevadores comunitarios”. Durante la era económica turbulenta, la visión de la empresa a largo plazo ofreció mayor estabilidad y creó lealtades perdurables entre Cargill y la comunidad agrícola.