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Plantar las semillas del negocio global de Cargill

El negocio de las semillas híbridas sirvió como una puerta de entrada a nuevos mercados y ayudó a la compañía a establecer sociedades en países de todo el mundo.

January 01, 2015

Cargill, que en sus primeros años era reconocida principalmente como una empresa de comercio de granos, buscaba diversificar sus actividades comerciales en los principios de la década de 1900 para crecer más allá de Estados Unidos. En esa época, el comercio internacional de productos era algo complicado, y muchos gobiernos no estaban del todo abiertos a que las compañías extranjeras ingresaran en las industrias de granos de sus países. Como resultado, los líderes de Cargill sabían que necesitaban desarrollar un producto que los ayudara a derribar las fronteras y expandirse a otros países. La oportunidad llegó con las semillas híbridas, que se producen mediante la polinización cruzada de plantas a fin de crear nuevos productos para los clientes.

El interés de Cargill por las semillas comenzó en 1907, cuando operaba Minneapolis Seed Company, una empresa de modesto tamaño que vendía semillas híbridas, incluida una semilla híbrida de maíz. Para los años 1940, gracias a la adquisición de otras empresas de semillas, Cargill se había convertido en un partícipe importante del negocio de los híbridos de maíz y había desarrollado sus propios híbridos.

Cargill eligió a Argentina como el primer lugar para intentar plantar su negocio de semillas en el extranjero. Un partícipe clave de la decisión fue el Dr. Antonio Marino, un argentino que había estudiado un año en la Universidad de Minnesota con H.K. Hays, cuyo hijo trabajaba como gerente de producción en el departamento de semillas de Cargill. Luego de que Cargill lo contratara, en 1947, Marino ayudó a la compañía a comenzar un programa de cultivo en la ciudad de Pergamino, ubicada a 240 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, en el centro del cinturón maicero de Argentina. La compañía vendió híbrido de maíz en dos años y para el año 1960, las semillas representaban una gran parte del negocio de Cargill en Argentina.

Cargill incursionó en los mercados de semillas de Brasil en 1966. Marino trabajó con Richard Baldwin, director de investigación de Cargill, para establecer una planta de híbridos de maíz en Avaré, una ciudad ganadera del estado de San Pablo. Sus investigaciones dieron como fruto híbridos adaptados específicamente para el clima de Brasil. En poco tiempo, Cargill abrió dos semilleros adicionales en el estado de San Pablo. “Estamos llevando la tecnología a un país y utilizando el germoplasma local [el material genético de las semillas], y de esa manera incrementamos los rendimientos de las granjas y de los alimentos”, mantuvo James Wilson, que desempeñó un papel crítico para establecer la presencia de Cargill en Brasil. “Seguramente nadie podría criticarnos por aumentar las ganancias de los agricultores, incrementar los rendimientos agrícolas y disminuir el precio de los alimentos. Era un buen punto de partida”.

Seeds As Gateway Inpage

Este aviso publicitario impreso de la división de semillas en Brasil promueve la “semilla de Cargill y seguridad”, nutriendo a los habitantes del país con alimentos sustentables.

Cargill se insertó en la industria de semillas de Australia en 1974, cuando el país experimentó una escasez de semillas de girasol. Cargill sentó operaciones para producir un híbrido de girasol que ayudara a sustentar los cultivos. Para el año 1979, la compañía había abierto una granja de semillas en Wyreema, en la costa este de Australia, y se comenzó a investigar sobre el sorgo e híbridos de maíz, además de sobre el girasol. En la década de 1980, el programa de semillas del país sirvió como plataforma para lanzar los negocios de semillas de Cargill en los mercados asiáticos, comenzando por Filipinas, Pakistán, Indonesia y luego la India. Wilson, que había tenido éxito con las semillas en Brasil, fue nombrado en 1983 director de las operaciones de Cargill en el Sudeste Asiático.

El negocio de semillas de Cargill siguió ayudando a la compañía a ingresar en países en desarrollo durante la década de 1990. En África, Cargill tuvo éxito con las semillas en Malaui, Tanzania, Sudáfrica y Zambia. Y, luego de que en Europa del Este se permitieran las inversiones extranjeras, el negocio se convirtió en la piedra angular de las operaciones de Cargill en Ucrania.

Si bien Cargill vendió sus operaciones globales de semillas en 1998, las semillas híbridas e innovaciones relacionadas resultaron una buena forma para que la compañía desarrollara nuevas relaciones y se ganara la confianza de los gobiernos y los clientes. En última instancia, la venta de semillas le permitió a Cargill ingresar en nuevos mercados.