Formar a futuros líderes de Cargill

Desde que Cargill inició sus primeros programas de capacitación laboral a principios de los años 1930, ha reconocido el valor de acoger talentos jóvenes y brillantes en la empresa. Fue una de las primeras empresas agrícolas en instituir el reclutamiento universitario, un paso que posicionó a la empresa para el éxito continuo. Muchos empleados de Cargill que han hecho su camino hacia los puestos gerenciales principales son graduados de los programas de capacitación de la empresa, incluidos los antiguos directores ejecutivos Greg Page y Ernie Micek.

Los programas de capacitación de Cargill se ampliaron significativamente a fines de los años 1940, luego de la Segunda Guerra Mundial. El crecimiento posguerra de la empresa requería nuevos empleados, por lo tanto, Cargill visitaba universidades, en busca de veteranos prometedores para cubrir los puestos vacantes. Año tras año, la empresa amplió su búsqueda más allá del ejército. Para mediados de los años 1960, los equipos de incorporación de personal viajaban por el país para reunirse con hasta 900 posibles candidatos y, en última instancia, invitaban a aproximadamente 85 para ser entrevistados en la oficina central de Cargill. Los candidatos elegidos pasaban por un riguroso programa de capacitación de seis meses que, cada semana, los trasladaba a una nueva división de la empresa; un método diseñado para exponer a los aprendices a todas las operaciones de la empresa y revelar de manera natural el trabajo que mejor se adaptaba a sus capacidades.

Cargill halló a muchos de sus nuevos empleados en las facultades de artes liberales de la región central de Estados Unidos. Valoraba a las personas con buena formación académica que habían estado expuestas a varias áreas de estudio, en lugar de aquellas que solo estaban calificadas para una única línea específica de trabajo. Para impulsar su crecimiento, Cargill creó un marco que reforzaba habilidades importantes especiales y supervisaba el desarrollo profesional. El proceso reveló que muchos de los empleados recién incorporados estaban calificados para adoptar oportunidades gerenciales y ejecutivas. A medida que se presentaban puestos vacantes, las personas incorporadas que mostraban ser una promesa excepcional pasaban a funciones más avanzadas.

Actualmente, Cargill tiene más de 1000 empleados voluntarios que colaboran en los esfuerzos de incorporación de personal en todo el mundo. Estos voluntarios están centrados en correr la voz sobre lo que es Cargill, hacerles saber a los estudiantes qué tiene la empresa para ofrecer y mostrarles cómo sus logros universitarios pueden traducirse en carreras profesionales. Laura Lachowitzer, encargada de incorporación de personal voluntaria global de Cargill, invita a todos los estudiantes motivados a presentar una solicitud para una carrera profesional en Cargill: “Las oportunidades son interminables aquí. No importa cuál sea su título, se trata de sus pasiones, sus deseos, sus relaciones y su predisposición a aprender”.

Luego de graduarse, Greg Page, que sería futuro director ejecutivo de Cargill, es recibido en el programa de contratación directa, e inicia un recorrido exitoso adaptado a sus fortalezas e intereses.