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Un nuevo almidón equipa al baklava para viajar por el mundo

Para exportar su exquisitez del viejo mundo, el pastelero turco Güllüoglu necesitaba una nueva receta para sus extraordinariamente exquisitos postres.

January 01, 2015

Durante seis generaciones, Güllüoglu ha producido un baklava de clase mundial en Estambul, Turquía. La receta familiar, elaborada con capas de masa filo del espesor de un papel, la miel más pura, manteca y pistachos, requería un proceso complejo y preciso.

 

 

Turkish Baklava Inpage
Para crear el bello y artístico postre, se apilan capas sobre capas de masa filo escamosa con jarabe y pistachos troceados.

En 2010, la empresa anunció planes de ampliar su negocio a mercados lejanos en Estados Unidos, Europa y Oriente Medio. No obstante, para conservar la antiquísima receta, Güllüoglu insistía en producir cada porción en la sede de Turquía, y luego distribuir los lotes a franquicias en todo el mundo.

El pastelero acudió a Cargill, dado que confiaba en su experiencia en innovación de productos y cadenas de suministro responsables. Mediante un trabajo en conjunto con los maestros de baklava de Güllüoglu, Cargill desarrolló una mezcla de almidones que, cuando se la esparcía sobre la masa filo, lograba el nivel de humedad perfecto para proteger el frágil baklava y evitar que se desarmara durante el traslado.

El nuevo almidón permitió a Güllüoglu enviar el dulce con confianza. Pronto, varias franquicias abrieron sus puertas en ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Bruselas, Trípoli y Riad, proporcionando así a los consumidores el baklava auténtico e intacto que un tiempo atrás requería un viaje a Estambul.