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Cargill tiene su propio departamento de meteorología

Con meteorólogos internos y equipos de última generación, la empresa utiliza pronósticos para mejorar la eficiencia y reducir el riesgo. 

January 01, 2015

Durante casi un siglo, Cargill ha estado utilizando sus recursos y experiencia para predecir cómo el clima podría afectar su negocio. En 1926, la empresa recopilaba información de contactos cercanos y lejanos para publicar condiciones meteorológicas en el Cargill Crop Bulletin para la comunidad agrícola. En 1960, la importancia del clima para Cargill había traspasado el ámbito de la agricultura, y afectaba las tendencias de mercados y logísticas de transporte para una variedad de operaciones, desde las plantas de procesamiento de carne hasta las minas de sal.

La experiencia en pronósticos de Cargill era una ventaja competitiva y, en 1975, se formalizó bajo el liderazgo de Erwin Kelm. Los negocios de Cargill siempre utilizaron datos del servicio meteorológico nacional preparados para el público general, pero la introducción de su propio pronóstico interno permitió a la empresa responder a necesidades específicas de sus operaciones. Los datos obtenidos manualmente se sintetizaban en informes adaptados; luego, rápidamente se transmitían a los negocios para ayudar a los líderes a tomar decisiones críticas que dependían del clima.

En esa época, la idea de que un negocio comercial (incluso uno grande como Cargill) contara con meteorólogos en su personal era inusual. Pero Mike McEndree y John Cawhorn, los primeros meteorólogos de Cargill, que comenzaron a trabajar en 1975 y 1976 respectivamente, destacaron su rol crítico dentro de la empresa.

“Nuestro objetivo es proporcionar la información sobre el clima que los gerentes no pueden obtener”, explicó McEndree. “Para los comerciantes, eso puede significar información sobre el clima en otro estado o país. O podría significar informes meteorológicos adaptados, como pronósticos de cantidades exactas de lluvia y cobertura de áreas para áreas de cultivos clave. Para divisiones como Cargo Carriers (CCI), podría significar advertencias sobre hielo o inundaciones”.

Para McEndree y Cawhorn, supervisar patrones tanto a nivel nacional como internacional demostró ser un trabajo complejo.

“Pronosticar el clima es una ciencia y un arte”.
— Mike McEndree, jefe de meteorología de Cargill

El Departamento de Meteorología recibía observaciones por hora de 10 000 ciudades en todo el mundo, así como informes por télex y mapas satelitales de servicios meteorológicos nacionales. Los técnicos en meteorología analizaban grandes volúmenes de datos, y transmitían observaciones importantes a varias divisiones de negocios en todo el mundo.

Con el tiempo, las operaciones aprendieron a aplicar de manera creativa la información meteorológica para sus líneas de negocio particulares. El negocio de sal de Cargill, por ejemplo, realizaba el seguimiento de dónde se produciría la siguiente tormenta de nieve importante, lo que les permitía suministrar cantidades suficientes de sal para caminos en esas ubicaciones; mientras que Sunny Fresh Eggs, ahora Cargill Kitchen Solutions, utilizaba las lecturas de temperatura diarias para ajustar la combinación de alimentos para sus gallinas ponedoras.

Con la nueva tecnología y un acceso más rápido y fácil a información en línea, la función del Departamento de Meteorología de Cargill actualmente ha cambiado. Eve Iverson (anteriormente Bowman), empleada de Cargill desde hace mucho tiempo, ahora se desempeña como especialista en información meteorológica de la empresa, y colabora con un meteorólogo y un analista en los Países Bajos para rastrear patrones que afectan las operaciones de Cargill. Cada mañana, proporciona una descripción general a los comerciantes y analistas de cultivos en la instalación de comercialización mundial de Cargill en Ginebra, Suiza, así como en la sede de granos y oleaginosas en Minneapolis, Minnesota. Estos resúmenes detallan los pronósticos del clima y los cambios de patrones a largo plazo que podrían afectar el suministro de cultivos, la comercialización y el transporte.

Si bien la manera en la que se controla el clima sin dudas ha evolucionado, algo permanece igual: observar el clima ayuda a los negocios de Cargill a permanecer competitivos y a gestionar mejor el riesgo para sus diversos clientes.