Arriesgarse para brindar un mejor servicio a los clientes

A mediados de 1950, Cargill buscaba nuevos mercados para expandir su negocio de trituración de copra. Copra es la pulpa seca del coco utilizada para extraer el aceite de coco y se utiliza como ingrediente en jabones, medicamentos, cosméticos y alimentos para animales. La copra se debe obtener de países fuera de los Estados Unidos, y la empresa contrató a un ingenioso inmigrante alemán, Jack Hessler, para ayudar. Hessler no era ajeno a las situaciones de riesgo: antes de unirse a Cargill, luchó en la Segunda Guerra Mundial y pasó tres años en la inteligencia militar de EE. UU. durante la Guerra de Corea. Como empleado nuevo, Hessler estaba preparado para enfrentar la mayoría de los desafíos.

En 1958, se le presentó un gran desafío durante un viaje para obtener copra en Indonesia. Hessler debía llegar a la ciudad portuaria de Bitung, reunirse con un bote provisto por Cargill, el M/S Blumenau, recoger un envío de copra y transportarlo a EE. UU. Pero estalló una revolución en Indonesia e interrumpió el envío. El líder del golpe mandó a buscar a Hessler y le exigió que las ganancias de la venta de copra se utilizaran para respaldar la rebelión. “No estaba especialmente preocupado por mi seguridad”, recuerda Hessler. “Lo que tenía en mente era la copra de Bitung y el M/S Blumenau, que estaba navegando hacia el norte de Sulawesi (en Indonesia)”. Hessler escapó de Indonesia al convencer a los rebeldes de que regresaría con el efectivo. Advirtió al Blumenau y salvó el envío de copra en el proceso.

Después de su escapada exitosa, Hessler fue invitado a la sede de Cargill en Minneapolis, Minnesota, donde lo esperaban el presidente del directorio John MacMillan, Jr., y el presidente Cargill MacMillan, Sr., para agradecerle por ser más listo que los rebeldes y salvar el cargamento. Como una muestra de agradecimiento extra, los líderes le otorgaron un cheque de recompensa excepcional. La historia de Hessler refleja el legado de Cargill de ir más allá para garantizar que los clientes tengan los suministros que necesitan.

Cuando los rebeldes toman posesión de Indonesia, la principal preocupación del comprador de copra de Cargill, Jack Hessler, es entregar el producto de manera segura a Estados Unidos.